Los bombardeos que EEUU ha lanzado contra Irán, en apoyo a la reciente agresión israelí contra el país persa, suponen un nuevo y peligroso paso hacia la guerra generalizada. La sucesión de acontecimientos que viene produciéndose desde octubre de 2023 va encaminada a la consolidación de Israel como potencia hegemónica en la región y se enmarca en un proceso más amplio de confrontación entre potencias y bloques a nivel mundial.
Los bombardeos contra territorio iraní son el último episodio de un proceso que, a pesar de acelerarse a partir del 7 de octubre de 2023, lleva gestándose varias décadas y que responde principalmente al interés de las potencias capitalistas occidentales por establecer una zona de influencia en una región especialmente relevante por su posición geoestratégica.
Fruto de esta realidad, los pueblos de la zona llevan décadas sufriendo agresiones, injerencias y ataques de todo tipo, cuyo punto álgido es la política genocida de Israel contra el pueblo palestino.
Israel ha aprovechado los sucesos del 7 de octubre de 2023 para tratar de legitimar su política expansionista. El argumento del supuesto combate contra los “proxies” iraníes en su entorno inmediato y la defensa de su seguridad nacional ha servido no solamente para destrozar Gaza y acelerar su criminal política de creación de asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este, sino para poner bajo control militar zonas del Líbano y de Siria, en este último caso tras contribuir decisivamente al derrocamiento del gobierno de Al Assad. Como hemos venido advirtiendo repetidamente, el siguiente objetivo en esta dinámica era el propio Irán, identificado ya por las potencias occidentales como principal enemigo de sus intereses en la región, enfrentado de manera abierta con otras potencias de la zona que llevan años en un proceso de acercamiento a Israel auspiciado por los EEUU, de quien han sido tradicionalmente aliadas.
La relevancia que todas las potencias otorgan al Mediterráneo Oriental y Oriente Medio es un factor determinante en esta situación. Se trata de una región estratégica no solamente por los recursos energéticos que alberga, sino también por las rutas de transporte de mercancías que la atraviesan, cuyo control es esencial para mantener estables las cadenas comerciales y de suministro internacionales. Desde el punto de vista militar, a nadie se le escapa que el control o la influencia sobre esa zona tiene una gran relevancia para la posibilidad de agresión o respuesta frente al resto de potencias o bloques.
Los bombardeos de EEUU contra Irán desmienten y dejan expuestos a quienes defendieron que el supuesto giro aislacionista de Trump iba a hacer más pacífica la situación internacional. Los intereses estratégicos de EEUU y sus monopolios siguen imponiéndose por la fuerza de las armas si es necesario, independientemente de la retórica que utilicen los gestores políticos.
El criminal ataque de Israel y de EEUU contra Irán implica, en estos momentos tan convulsos a nivel internacional, el peligro real de que se produzca una guerra generalizada que enfrente directamente a las distintas potencias y a sus aliados, lo que será catastrófico para la clase obrera y los pueblos del mundo.
Lo quieran o no las autoridades españolas, nuestro país está inmerso ya en este conflicto. No sólo por el papel jugado por los distintos gobiernos en la aceptación y apoyo al papel de Israel en la región durante las últimas décadas, sino también por la utilización de las bases militares cedidas a los Estados Unidos para el lanzamiento o apoyo de sus misiones militares y de la OTAN en la región. Ninguna condena a Israel, ningún gesto de cara a la galería puede borrar el hecho de que la burguesía española está nítidamente inserta en el bloque imperialista que se beneficia más directamente de la agresividad de Israel.
El antiimperialismo no significa la toma de partido por una u otra potencia o alianza imperialista. Significa luchar contra las causas y las expresiones de la dominación imperialista. En cada país esta lucha adopta distintas expresiones en función de la posición y el papel de los distintos Estados burgueses en cada conflicto.
Nuestro papel y nuestra lucha se centran, por tanto, en el fortalecimiento y desarrollo de la organización de la mayoría obrera y popular de nuestro país contra las políticas de rearme, contra la participación de España en cualquier tipo de agresión contra otros pueblos y contra la utilización de las bases militares en suelo español para continuar la política belicista de las potencias aliadas de la burguesía española.
Llamamos, por ello, a la movilización inmediata por esos objetivos en todo el país.
Ni tierra ni mar ni aire para los imperialistas
No a la guerra imperialista
Hombro con hombro, clase contra clase
Buró Político del PCTE
22 de junio de 2025