Resolución del Buró Político del PCTE
Madrid, 15 de julio de 2025
El Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE) condena con total firmeza los gravísimos ataques cometidos contra población migrante o de ascendencia migrante en la localidad murciana de Torre Pacheco. Estos hechos no son aislados: se inscriben en una peligrosa escalada reaccionaria en nuestro país.
Desde el PCTE denunciamos que se está instalando y normalizando en el debate público y el sentido común general una narrativa que asocia de forma deliberada migración y delincuencia, pese a que dicha relación carece de cualquier respaldo estadístico riguroso. Esta campaña de odio, basada en bulos y manipulaciones, tiene un objetivo político muy claro: situar el eje de conflictividad social en torno al origen nacional o étnico desde concepciones chovinistas y xenófobas. Y un resultado político igual de claro: la división en el seno de la clase trabajadora y la concepción de falsas comunidades de intereses que benefician en último término a los verdaderos culpables de nuestra inseguridad, miseria y explotación: la clase capitalista y las instituciones a su servicio.
El PCTE insiste en que una condenable agresión individual no puede jamás servir como pretexto para justificar auténticas cacerías alentadas y protagonizadas por elementos fascistas y neonazis, pero tampoco para generalizar, esencializar y, por tanto, estigmatizar a todo un sector social. Toda vacilación, toda concesión al discurso xenófobo, aunque sea solo en un plano teórico, es una victoria más de la reacción.
Esta violencia contrasta con el silencio que estos mismos grupos que hoy alientan y promueven los pogromos mantuvieron, por ejemplo, ante las múltiples condenas a empresarios de la región, incluidos algunos de Torre Pacheco, por explotar en condiciones infrahumanas a trabajadoras migrantes. Sirva este ejemplo para ilustrar ante la clase trabajadora de nuestro país que no estamos ante «justicieros», sino ante fascistas que seleccionan escrupulosamente los casos y los momentos para alimentar prejucicios y temores en la población.
Esta criminalización de la población migrante, además, ignora deliberadamente los factores socioeconómicos reales que sí influyen en los índices de criminalidad, como la pobreza y la exclusión social. Se señala a quienes huyen de la guerra, el hambre o la destrucción ambiental —causada por las propias potencias imperialistas como España— como chivos expiatorios de los problemas que genera el propio sistema capitalista. Este silencio ante el origen estructural de los problemas tanto de los trabajadores nativos como de los extranjeros, junto a la narrativa de una unidad de intereses nacionalista y etnicista, tan excluyente como supremacista, resulta especialmente funcional a los intereses capitalistas en pleno periodo prebélico.
Esta ofensiva ideológica y política no es casual y no puede separarse de su contexto. La creciente competencia interimperialista por el control de recursos y rutas comerciales provoca guerras y desplazamientos masivos de población. Las respuestas de los Gobiernos capitalistas llevan aparejadas olas de chovinismo y xenofobia que están calando en la sociedad.
Asimismo, los lamentables sucesos de Torre Pacheco evidencian dos hechos gravísimos:
1) La responsabilidad compartida de todas las fuerzas de la reacción. Mientras partidos como Vox azuzan el odio desde las instituciones, en las calles son los grupos de escuadritas reaccionarios quienes materializan esa violencia.
2) La pasividad y connivencia de las fuerzas del orden. Frente a la brutal represión que sufren sindicalistas o trabajadores en huelga (como los trabajadores del metal en Cádiz o las Seis de la Suiza), los agresores fascistas han actuado en Torre Pacheco con impunidad, incluso ante llamadas públicas en redes sociales.
Desde el PCTE afirmamos que dividir a la clase obrera solo favorece al capital. Solo mediante la unidad de todos los trabajadores —migrantes y nativos— será posible plantar cara a la explotación y la miseria que impone el capitalismo y que nos une en un verdadero lazo de interés. La lucha debe tener un carácter claramente clasista, con un objetivo compartido: derrocar este sistema injusto y construir uno nuevo al servicio de la mayoría social.
El PCTE hace un llamamiento a la clase trabajadora y al pueblo a rechazar el discurso reaccionario y a promover la unidad y solidaridad entre trabajadores de todas las procedencias. Solo una organización común de toda la clase obrera podrá generar una nueva cultura de solidaridad e internacionalismo que mande al basurero de la historia las falsas divisiones de la sociedad capitalista. Esta organización deberá, además, multiplicar con urgencia sus capacidades operativas y combativas para hacer frente con determinación a posibles futuros sucesos como los de Torre Pacheco.
Hombro con hombro.
Clase contra clase.