A principios de septiembre, comenzó un nuevo curso escolar en la mayoría de estados de Europa. Alumnos y estudiantes volvieron a sus guarderías, jardines de infancia, colegios y universidades. Lo que tienen en común, sin importar dónde estén o lo que estudien, es que su derecho a la educación y a sus derechos en general están siendo atacados.
La razón de ello es simple: para el capitalismo no hay beneficios en educar a la juventud más de lo que el sistema necesita para que hagan su trabajo. Éste es el principio básico de la educación en el capitalismo, y no puede ser de otra manera en este injusto sistema.
La escuela de hoy, que fue creada en las últimas décadas, se formó por la confluencia de varios factores:
- Se obligó al capital a hacer algunas concesiones ante la reivindicación principal del movimiento obrero de un sistema educativo que actuase a favor de los intereses de la clase obrera.
- La existencia del socialismo en la Unión Soviética y otros países constituyó una alternativa al capitalismo, obligando al capital y a sus gobiernos a hacer ajustes a fin de limitar la posibilidad de comprender la necesidad del socialismo.
- La correspondencia del sistema educativo actual al desarrollo de las fuerzas productivas; se necesitaba un cierto nivel educativo de los trabajadores para manejar los medios de producción.
Estos factores han creado el sistema educativo de hoy, pero como cualquiera puede ver, ya no hay un socialismo que exista para actuar como alternativa y a la vez nos sigue faltando un movimiento obrero revolucionario y bien organizado.
Esta situación da al capital tanto incentivos como posibilidades para retirar todas las concesiones que no sean necesarias para el manejo de los medios de producción.
En algunos países, esto ya ha tenido como consecuencia importantes recortes en el sistema educativo, obligando a las familias populares a pagar cara la educación de sus hijos, mientras ha habido una degradación educativa y las condiciones de la educación se han deteriorado rápidamente.
En momentos de recuperación capitalista débil – mientras la siguiente crisis está a la vuelta de la esquina – presenciaremos mayores ataques contra la clase obrera en Europa. Cualquier derecho que quede está en peligro de ser destruido en el futuro próximo.
Aparte del punto de vista puramente económico, es posible presenciar una intensificación en los intentos de manipular ideológicamente el contenido de la educación aún más. Las empresas privadas están cada vez más activas en colegios y universidades, atrayendo a estudiantes y alumnos hacia el espíritu “emprendedor”, distorsionando la realidad.
Asimismo, los esfuerzos anticomunistas de la UE y sus gobiernos aumentan. Se dirigen fondos a departamentos e iniciativas privadas que promueven la difamación del comunismo, la equiparación no histórica del comunismo con el monstruo del fascismo y la difusión de mentiras relativas al capitalismo y el comunismo dentro de colegios y universidades.
Estos acontecimientos afectarán negativamente a los derechos de estudiantes y alumnos en la educación. Buscarán cubrir la realidad y en su lugar presentar una versión incomprensible e ilógica de la realidad, adecuada a las necesidades del capital. Obstaculizarán el desarrollo cognitivo y político de la juventud y les arrebatarán la posibilidad de buscar la verdad y de buscar una explicación para la situación en la que está el mundo.
Estos acontecimientos crean – y seguirán creando – incertidumbre e inseguridad, y ejercerán una presión aún mayor en la juventud.
Estos acontecimientos necesitan una respuesta decidida de los comunistas, junto con los estudiantes, alumnos, trabajadores jóvenes y padres, de la clase obrera. Para combatir sus mentiras, mantendremos las verdades históricas que demostraron la superioridad del socialismo. Para combatir sus esfuerzos para marginalizar a la juventud, daremos nuestro máximo para fortalecer la colectividad en lucha como ejemplo positivo de lo que podemos conseguir juntos. Para combatir sus intentos de dañar nuestro bienestar, mantendremos y aumentaremos nuestros esfuerzos para organizar a nuestra clase por un sistema educativo gratuito, contemporáneo y público popular, sin ninguna actividad empresarial en la educación.
Sin embargo, al final, un sistema educativo dirigido a las necesidades de la juventud actual no puede existir bajo el capitalismo. La historia ha demostrado que cualquier reforma y beneficio que se haya conseguido es temporal y precario. No pueden ser permanentes. Por eso también luchamos por el socialismo, en el que el poder yace en las manos de la clase obrera para beneficio de la clase obrera.
Este poder es el único poder que puede garantizar un sistema educativo adaptado a nuestras necesidades, aspiraciones y sueños. Por eso llamamos al pueblo y a la juventud: ¡Luchad junto a nosotros por vuestro futuro!