Somos los que estamos de pie antes de que empiece el día. Quienes ponen en funcionamiento todas las cosas. A nosotros no nos van a decir cómo se mueve el mundo…
Pero pretenden hacerlo. Y nos hablan del país…
¿Qué país?, preguntamos.
Porque su país no es el nuestro.
En su país hay sillones, e intrigas, explotación, derechos pocos, y más miseria que banderas, aunque traten de tapar la una con las otras.
En nuestro país, sin embargo, hay más cosas, y mejores. Está todo lo necesario: esfuerzo,
trabajo, amaneceres llenos de dignidad, atardeceres cargados de conciencia, valor, dignidad, memoria… y futuro.
Ahora toca elegir.
Y lo vamos a hacer.
Para construir nuestro propio país: un país para la clase obrera.
Por eso, esta vez: elígete a ti, elige a los tuyos, elige lo necesario.