Skip to main content

Con motivo del Día Mundial de los Refugiados, el 20 de junio, nosotros, los partidos miembro de la Acción Comunista Europea (ACE) denunciamos las políticas antipopulares de los gobiernos burgueses que obligan a millones de personas a huir de sus países.

La causa de la guerra, la pobreza y el empeoramiento de los desastres ambientales se encuentra en el sistema capitalista. Las personas que huyen de su higar, sea por poblea, para escapar de las guerras imperialistas o de las catástrofes ambientales —empeoradas por la guerra del capitalismo a los ecosistemas de la Tierra— no deben toparse con vallas de alambre, porras, hundimiento de barcos, devoluciones en caliente y deportaciones, sino con manos amigas que permitan a los refugiados y migrantes comenzar una nueva vida en sus países de destino.

En su lugar el sistema capitalista que crea la migración trata a estas personas como mano de obra barata que acoger o expulsar en función de las necesidades del capital de fuerza de trabajo. La migración ha de entenderse pues como un fenómeno inherente al capitalismo y que conduce necesariamente al trato inhumano de las personas, vistas como nada más que fuente de valor y beneficio. La ACE rechaza con vehemencia este trato de nuestros hermanos y hermanas de clase y defiende un futuro socialista en el que la sociedad se organice en torno al principio de satisfacción de las necesidades humanas, lo que pone a las personas y su bienestar en el centro de la organización social. Solo bajo el socialismo-comunismo puede tratarse a las personas con dignidad y hacer que crezcan.

Tanto la guerra imperialista como la “paz” imperialista con una pistola en la cabeza de las personas obligan a millones de personas a huir de sus hogares.

La migración también conduce a la persecución basada en la etnia o el género, el oscurantismo religioso y la opresión política impuesta por la burguesía local para perpetuar su dominio así como los intereses de sus potencias imperialistas aliadas.

La creciente competencia interimperialista por la supremacía del mundo capitalista multiplica los conflictos armados. Continúa una confrontación entre las potencias imperialistas en declive y las emergentes que ansían un nuevo reparto del mundo, con la participación de las potencias locales que tienden a polarizarse en alianzas imperialistas en conflicto. Además del riesgo muy real de confrontación directa entre potencias nucleares, la carrera armamentística empeorará por doquier las condiciones de vida de los pueblos.

Los gobiernos burgueses y la UE fomentan leyes que legitiman la explotación con las condiciones laborales propias de un taller clandestino y la marginalización de trabajadores inmigrantes y refugiados, utilizando la amenaza de la deportación para intimidarlos y crear confusión entre los trabajadores locales, canalizando el enfado popular por el deterioro del nivel de vida —provocado por la explotación capitalista— contra los inmigrantes en un intento de atizar una “guerra entre los pobres”.

La UE, los gobiernos liberales y socialdemócratas, así como la izquierda burguesa, carga con una grave responsabilidad por allanar el camino a dichas medidas represivas y opresivas y por hacer acuerdos con traficantes de seres humanos y los llamados terceros países seguros.

La ACE denuncia la Regulación de Dublín y el nuevo Pacto de la UE sobre Migración y Asilo, no para exigir su reforma, sino su abolición y sustitución con un sistema solidario de recepción que garantice a los refugiados y migrantes —y a todos— derechos, trabajo y un ingreso decente, alentando la integración sin asimilación.

La ACE condena con vehemencia el cierre de puertos y la ilegalización de desembarcos, criminales e ilegales tanto bajo los estándares de derechos humanos como bajo el Código Marítimo. El deber de rescatar a personas en el mar no puede dejarse a ONG’s, sino que debe ser responsabilidad de los estados.

La ACE lucha por el cierre de los llamados centros de detención temporal para la deportación, auténticos campos de concentración donde se violan gravemente los derechos humanos y la seguridad sanitaria. La ACE también denuncia las políticas de deportación forzosa o el confinamiento de refugiados en los llamados países de primera recepción, aplicados tanto en Europa como en Estados Unidos. En concreto, la expansión de la lista de “países seguros”, basada en un juicio de la Corte Europea de Justicia, permitirá que los solicitantes de asilo rechazados sean deportados aun cuando haya riesgos evidentes para su vida.

Reafirmamos por tanto nuestro compromiso de combatir las bárbaras políticas que generan la emigración forzosa de miles de personas a la par que niegan derechos fundamentales a los inmigrantes y refugiados.

Declaramos nuestra plena solidaridad de clase con los inmigrantes y refugiados y exigimos:

  • El respeto al derecho internacional basado en la Convención de Ginebra sobre Refugiados y Derechos Humanos;
  • El fin de las deportaciones forzosas y la detención arbitraria de migrantes y refugiados, con el cierre de “centros de detención temporal”;
  • La adopción de políticas de recepción e integración basadas en la solidaridad y el derecho al trabajo;
  • La anulación de todos los acuerdos internacionales de repatriación y los acuerdos que establecen centros de detención en el extranjero;
  • La abolición de las leyes nacionales que refuerzan la explotación y la opresión de inmigrantes y refugiados o restringen su acceso a derechos básicos y servicios públicos;
  • La abolición del Pacto sobre Migración, la Regulación de Dublín, el Acuerdo de Schengen y todas las demás regulaciones de la UE en esta materia.

El capitalismo impide a las amplias masas de personas vivir con dignidad, en paz y seguridad en su propio país. Con el espíritu del internacionalismo proletario, los Partidos miembro de la ACE se comprometen en reforzar la lucha revolucionaria contra la UE, la OTAN y sus guerras, para derrocar el poder del capital y construir el socialismo-comunismo: ¡un mundo en el que nadie se vea obligado a huir de su país y donde todos podamos vivir con dignidad, sin explotación del hombre por el hombre!