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¡La Iniciativa Comunista Europea envía saludos militantes a los pueblos de Europa en el aniversario de la Gran Victoria Antifascista de los Pueblos!

La verdad histórica no puede ser distorsionada ni borrada.

La gran resistencia del pueblo soviético contra la Alemania nazi, que fue promocionada entonces como invencible, y sus aliados en Europa acabó con el aplastamiento y la rendición incondicional del fascismo. El 9 de mayo está grabado en la historia como el día en que el Ejército Rojo, al izar la bandera roja con la hoz y el martillo sobre el Reichstag, completó la mayor victoria de los pueblos contra el fascismo. Es el día que señaló el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa.

En noviembre de 1936, Japón y la Alemania fascista firmaron un acuerdo anti-comunista (el Pacto Anti-Comintern). En el período de 1939 a 1941 los ejércitos fascistas alemanes, a la búsqueda del deseo nazi de la dominación mundial, ocuparon Polonia, Dinamarca, Bélgica, Holanda, Noruega, Francia, Grecia y Yugoslavia. Mientras que la destrucción de la Unión Soviética era un objetivo declarado de la Alemania nazi, todas las potencias capitalistas eran hostiles a la URSS y a los logros del poder socialista.

En junio de 1941, la Alemania fascista atacó a la Unión Soviética. En las primeras dos semanas los fascistas se adentraron mucho en territorio soviético capturando Lituania, Letonia y una parte considerable de Bielorrusia, Ucrania y Moldavia. El pueblo soviético, dirigido por el Partido Comunista de la Unión Soviética, movilizó todos los recursos a su disposición para repeler al enemigo y derrotar el fascismo. A petición del PCUS y del gobierno soviético, cientos de miles de ciudadanos soviéticos ingresaron en las filas del Ejército Rojo. En las amargas batallas defensivas en verano de 1941, las fuerzas soviéticas defendieron heroicamente su patria. La lucha de la URSS se hizo una parte crítica de la lucha de los pueblos de Europa y el mundo contra la agresión fascista. La heroica defensa de Stalingrado, la derrota de las fuerzas fascistas en la batalla de Kursk y las heroicas acciones de los partisanos comunistas hicieron añicos la resolución de los fascistas.

El 30 de abril Hitler se suicidó ante una derrota segura. Al día siguiente, el 1 de mayo de 1945, la bandera roja de la victoria, blasonada con la hoz y el martillo, ondeaba sobre el Reichstag: un símbolo emblemático del papel decisivo de la URSS en la derrota del fascismo. La Alemania nazi se rindió al día siguiente y en los días posteriores el alto mando nazi firmó los instrumentos de rendición. El 9 de mayo, las fuerzas soviéticas destruyeron el grupo operativo nazi que rodeaba Praga y Alemania, que se rindió sin condiciones. La victoria era segura, el fascismo fue decisivamente derrotado, los países y los pueblos fueron liberados de la opresión fascista y se restauró la paz en Europa.

La entereza y la capacidad de lucha de la Unión Soviética fue resultado de su carácter socialista, su economía centralizada y planificada científicamente con el pueblo teniendo la propiedad de la riqueza que producía.

El 12 de enero de 1945 el Ejército Rojo lanzó su ofensiva final a lo largo de un frente que se extendía desde el mar Báltico a los Cárpatos. La ofensiva se desarrolló a un ritmo alto. Los nazis llevaron a todas las fuerzas disponibles para la defensa de Berlín. Berlín se convirtió en el escenario de una batalla trascendental en la que las fuerzas soviéticas al avance tomaron la ciudad, calle por calle y casa por casa.

La agresión fascista había sido confrontada y destruida. Esto lo consiguieron la Unión Soviética y sus aliados, incluyendo la resistencia antifascista en la Europa ocupada por el fascismo. Sin embargo, es importante reconocer y recordar el papel decisivo del Ejército Rojo, la Unión Soviética y su pueblo en la derrota del fascismo. La Unión Soviética perdió más de 20 millones de ciudadanos, 25 millones perdieron sus hogares, se destruyeron 1.700 ciudades, 70.000 pueblos y 31.850 empresas industriales. Más de 2 millones de miembros del Partido Comunista soviético fueron asesinados en la acción o en operaciones de guerrilla o en la lucha clandestina. La derrota del fascismo alemán y el militarismo japonés abrió el camino de la revolución y liberación socialistas a través de Europa y el mundo.

La incesante ofensiva del capital y los peligrosos acontecimientos en la OTAN, la Unión Europea y los EE.UU. junto con la agudización de las rivalidades inter-imperialistas siguen subrayando la siempre presente amenaza del fascismo y la guerra imperialista.

A la difamatoria ofensiva anti-comunista que busca borrar la verdad histórica no se le permitirá vencer. La liberación de Europa y el mundo no puede separarse del papel histórico del primer estado socialista del mundo, su pueblo y los millones de comunistas que sacrificaron sus vidas y contribuyeron decisivamente a la derrota del nazismo y el fascismo.

La Iniciativa Comunista Europea revela y condena el intento sistemático de la UE de borrar la Gran Victoria Antifascista de los Pueblos de la memoria histórica y la conciencia de los pueblos al convertir el 9 de mayo en el “día de Europa”; luchando condecisión contra el anti-comunismo y la identificación anti-histórica del comunismo con el monstruo del fascismo que la UE y sus gobiernos buscan establecer. La distorsión de la historia, que se usa como herramienta de diseminación del anti-comunismo, y los sermones anti-históricos, en especial para la juventud, no pasarán. Condenamos la política de la UE que fomenta las persecuciones anti-comunistas, la prohibición de las actividades de los PP.CC. y los símbolos comunistas, la destrucción de memoriales dedicados a los comunistas y antifascistas como aquellos que están en proceso en Polonia, Ucrania y los estados bálticos, la provocadora rendición de honores y pagos de pensiones a los nazis y sus descendientes, etc. Expresamos nuestra completa solidaridad con los cuadros del PC de Polonia, que de nuevo serán juzgados el 15 de mayo por las autoridades polacas, pese a su absolución hace 3 meses. No conseguirán poner obstáculos a la propagación de las ideas comunistas.

El racismo, el fascismo y la ultraderecha son formas de gestionar el capitalismo, la dictadura del capital. Estas corrientes reaccionarias están alimentadas por las políticas anti-populares de la UE, las guerras que libra, su política contra los inmigrantes y refugiados, el anti-comunismo y la igualación anti-histórica del comunismo con el fascismo, siendo todo esto sus “valores fundacionales”. Son alimentados y difundidos por el propio capitalismo, el sistema al que sirven la UE y los partidos burgueses. Por eso la socialdemocracia – la vieja y la nueva –, fuerzas burguesas que apoyan y defienden la UE, intentan engañar a los pueblos en la campaña de las elecciones europeas presentándose como supuestamente “progresistas”.

Pero lo que es realmente progresista es la línea política de los PP.CC., su lucha contra la UE, la lucha de clases y la devoción de los comunistas en la organización de esta lucha. Como ha mostrado la historia, los comunistas son coherentes, oponentes inquebrantables y eficaces al fascismo y al sistema que lo alimenta. Por esta razón, los pueblos en la campaña a las elecciones europeas pueden fortalecer decisivamente a los PP.CC. Que luchan contra la UE y contra las uniones imperialistas en general. El fortalecimiento de los PP.CC. en cada batalla política contribuye al desarrollo de las luchas de los pueblos.

Llamamos a los pueblos a debilitar las fuerzas que apoyan a la UE de cualquier forma y cultivan ilusiones sobre que “se puede arreglar” la UE.

¡NO a la UE de los monopolios, el capital y las guerras!

¡Adelante por una Europa de prosperidad de los pueblos, de paz, de justicia social y de derechos democráticos, de socialismo!

Viva el 9 de mayo – EL DÍA DE LA GRAN VICTORIA ANTIFASCISTA DE LOS PUEBLOS.