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Nosotros, los partidos comunistas y obreros que constituimos la Acción Comunista Europea, nos reunimos en la conferencia organizada en el segundo año de la guerra imperialista en Ucrania para evaluar las experiencias y conclusiones de los comunistas en el periodo que hemos dejado atrás.

El 17 de febrero, siguiendo la conferencia albergada por el Partido Comunista de Turquía en Estambul, declaramos actuar con el enfoque y la actitud conjuntos siguientes:

  1. La guerra imperialista en Ucrania ha producido miles de muertes. Millones fueron obligados a abandonar sus hogares y su país. Esta guerra imperialista es una extensión de las condiciones que surgieron tras la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y que tienen consecuencias trágicas para la clase obrera de todo el mundo. Fue el derrocamiento del socialismo lo que asentó el terreno para esta guerra, en la que se derrama la sangre de dos pueblos que trabajaron juntos durante décadas para construir una sociedad nueva sobre cimientos socialistas, que combatieron hombro con hombro contra el fascismo y lo pusieron de rodillas.
  2. El factor más importante a la hora de nutrir el conflicto en este terreno es la lucha entre los capitalistas por el saqueo de todos los recursos del subsuelo y la superficie y de la riqueza producida por los trabajadores. En la raíz de este conflicto se encuentran la competencia y las contradicciones en el seno del sistema imperialista en su conjunto, que en este caso se expresaron en la expansión de la OTAN y la UE hacia el este y la aspiración de la burguesía rusa de establecer nuevas formas de organización de estados capitalistas en los territorios de la antigua URSS.
  3. La competencia dentro del sistema imperialista está aumentando y las contradicciones se están profundizando. Los intentos de EE.UU., la UE y sus aliados de imponer sus propios intereses en el ámbito internacional, frente a la Rusia capitalista y los países que la apoyan, han continuado durante años, lo que en los últimos dos años se ha expresado en forma de guerra imperialista en Ucrania. Aumenta la competencia por las materias primas y los recursos energéticos, los equilibrios geoestratégicos y las rutas de transporte en la región.
  4. Desde el primer día de la guerra la dirección rusa ha justificado su intervención militar en Ucrania basándose en que la mencionada expansión amenaza la seguridad de Rusia. Independientemente de si esta amenaza tiene o no fundamento, no puede utilizarse como justificación de la violación de las fronteras existentes y el nuevo derramamiento de sangre de los pueblos. Los debates iniciados por la disputa de las fronteras existentes aspiran principalmente a generar pretextos que legitimen la agresión imperialista y deben ser rechazados. Además, nuestros partidos tienen que recordar que los “motivos de seguridad” han sido aplicados durante años por EE.UU., la UE y la OTAN como justificación de sangrientas operaciones en innumerables países, de intervenciones y ocupación de territorios bajo soberanía de esos países.
  5. Los protagonistas de la guerra no son los pueblos de ambos países, sino sus clases capitalistas. Presentar la guerra como una guerra entre Ucrania y Rusia oscurece a los actores reales de la guerra y dificulta la comprensión de su carácter de clase. La guerra en curso se está librando entre la clase capitalista rusa y sus aliados por un lado y la clase capitalista ucraniana, EE.UU., la UE y la OTAN por el otro.
  6. La guerra que se está librando en el territorio de Ucrania no es una guerra antiimperialista o antifascista, como afirman la dirección de la Rusia capitalista y sus defensores; un hecho que nuestros partidos han señalado desde el principio y que se ha demostrado en numerosas ocasiones en los últimos dos años. Aunque la dirección rusa afirma que su objetivo principal para continuar la guerra es la desnazificación de la región y que aspira a romper el cerco del bloque occidental, es evidente que la principal motivación es la protección de los intereses de la clase capitalista rusa en la región. Es más, los valores que caracterizan a la Rusia actual no tienen nada que ver con los de la Unión Soviética que derrotó al fascismo. La Rusia capitalista no tiene nada que ofrecer a la humanidad ante el imperialismo euroatlántico; la Unión Soviética fue el sostén de la lucha de los pueblos por la paz y el socialismo, mientras que hoy la dirección de Rusia hace declaraciones sobre si una nación existe o no, afirmando que no existe el pueblo ucraniano como tal.
  7. Uno de los elementos más importantes a la hora de mostrar el carácter de clase de esta guerra es el anticomunismo, que se hace aumentar de manera intencionada en la región. Las actividades de las fuerzas fascistas en Ucrania y sus crímenes contra la humanidad, las ilegalizaciones de los comunistas y su persecución continúan. La dirección rusa, por otro lado, distorsiona los hechos científicos e históricos para justificar sus planes estratégicos y confronta con el pasado socialista de Rusia con afirmaciones falsas y distorsionadas sobre Lenin, Stalin y las políticas de la Unión Soviética. Nuestros Partidos seguirán luchando de forma creativa contra la histeria anticomunista alimentada por todos los actores de la guerra, para aumentar la solidaridad con los comunistas ucranianos y rusos y no permitir que se mancille el legado del socialismo.
  8. Además, nuestros partidos, que están a la vanguardia de la lucha contra las bases extranjeras y el envío de tropas y equipamiento militar al extranjero, llaman a los trabajadores, que ven las contradicciones que se expresan en los bloques y organizaciones imperialistas, a no confiar en las proclamas de un “mundo multipolar” que supuestamente detendría esta o cualquier otra guerra imperialista y nos llevaría a un mundo pacífico sin el derrocamiento del sistema capitalista, que es la causa de las guerras imperialistas.
  9. La guerra en el territorio de Ucrania, así como los planes imperialistas en el Mar Rojo, en el sudeste asiático, etc., conllevan el riesgo de una guerra que se difunda rápidamente a escala mundial. A este respecto son importantes indicadores como el aumento de tensión en el Mar Negros, la propuesta del Secretario General de la OTAN a los países europeos de aumentar su producción armamentística y el aumento de los ejercicios de la OTAN en alcance y extensión, que indican la escalada de la confrontación militar.
  10. Estos acontecimientos nos imponen, como partidos comunistas y obreros de los países europeos, que estamos en el ámbito de influencia de esta tensión a distintos niveles, la tarea de avisar y movilizar a los pueblos de nuestros propios países contra la amenaza de una guerra imperialista regional o más generalizada y de oponernos a los intereses y el papel de las clases burguesas de nuestros propios países en esta tensión.
  11. No elegimos un bando de la guerra frente al otro. Las contradicciones dentro del sistema imperialista, la competencia y la negociación que van de la mano, las falsas polarizaciones que sirven para invisibilizar el antagonismo de clase, han demostrado de manera repetida en la práctica de los últimos dos años que no pueden ofrecer nada a los intereses de los trabajadores; al contrario, ha quedado claro que un enfoque sumiso a los pretextos utilizados por los imperialistas supone una retroceso de la posición revolucionaria y el despliegue de una actitud conciliadora de clase.
  12. Nuestros partidos destacan que la elección real no se da entre los llamados polos del sistemas imperialista, sino entre el pueblo trabajador y la clase capitalista, recordándonos que puede fortalecerse la lucha de la clase obrera con una línea independiente, ajena a todos los planes burgueses e imperialistas, y que los pueblos, mediante su lucha, se deben oponer a las guerras imperialistas.
  13. Nuestro llamamiento es éste. No hacemos un llamamiento abstracto a la paz, que no deje claro a quién se dirige y que sirva a exonerar a la clase capitalista y a los actores dentro del sistema imperialista. En un sentido genuino de la paz, llamamos a la lucha contra la OTAN, la UE y todo tipo de organizaciones y alianzas imperialistas que siguen alimentando la guerra, señalando a la necesidad de denunciar el carácter de clase de las alianzas capitalistas, y declaramos que nos solidarizamos con el movimiento obrero y los comunistas de estos países.
  14. Continuamos la lucha por la retirada de tropas extranjeras y por el cierre de bases en otros países, especialmente aquellas de EE.UU., empezando por la de nuestros propios países. Actuamos con la tarea de impedir que nuestros países apliquen o participen en planes imperialistas y de sacarlos de las uniones imperialistas como la OTAN y la UE, con los pueblos adueñándose de su propia tierra.
  15. Ante esta guerra, que tiene tendencia a la generalización, declaramos de nuevo que seguiremos siendo la voz de las reivindicaciones del pueblo trabajador de paz, justicia social y socialismo, manteniendo un frente inquebrantable contra el nacionalismo, el racismo, el fascismo y el militarismo.