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Para los partidos comunistas y obreros, el 1º de mayo representa un día de lucha, en recuerdo de quienes nos precedieron y en homenaje a quienes continuarán la lucha.

El pueblo trabajador, no solo en los países de Europa sino en todo el mundo, se ha enfrentado en los últimos años cara a cara con la inhumanidad y brutalidad del sistema capitalista, que ha puesto toda la carga del aumento de los precios en los hombros del pueblo trabajador. Al mantener al mismo tiempo los salarios bajos, la situación ha empeorado para los trabajadores y otras capas explotadas en todos los países.

A través de sus políticas, las clases burguesas no solo han logrado un recorte importante en los salarios reales de la mayoría de trabajadores, sino que han conseguido introducir formas más flexibles de empleo, aboliendo la jornada de 8 horas e imponiendo a los trabajadores más trabajo no remunerado. La presión creciente no solo se siente en los centros de trabajo, sino en todos los ámbitos de la vida, donde la mercantilización de la sanidad, la educación y la seguridad social se suma al peso que debe acarrear el pueblo trabajador.

A través de sus políticas dirigidas contra los pequeños agricultores, las clases burguesas han intensificado aún más la centralización y concentración de la agricultura en manos de unos pocos, expulsando del negocio a los pequeños agricultores. Han producido cientos de miles de pensionistas pobres, cuyas exiguas ganancias mensuales a menudo no cubren las necesidades vitales.

Pero la esperanza yace en la lucha que ha mostrado el pueblo trabajador. Allí donde se han intensificado la opresión y la brutalidad, lo ha hecho la resistencia. En toda Europa los trabajadores han hecho huelga y luchado para impedir que el capital disminuya sus salarios, consiguiendo en algunos casos victorias y pudiendo defender conquistas anteriores; en toda Europa los agricultores han protestado por las condiciones imposibles en las que se han visto obligados a trabajar y vivir. En una situación difícil, en la que la fuerza de las clases burguesas es evidente, es necesario mostrar una respuesta coordinada a la represión estatal, gubernamental y patronal.

Con la solidaridad de clase, conectando las distintas luchas, se pueden contrarrestar los ataques de la burguesía. No solo se puede luchar por un aumento de los salarios y las pensiones, por convenios colectivos, por un descenso de la edad de jubilación o por subsidios de desempleo, sino que se puede ganar.

A la vez que —y en conjunción con— la lucha de clases se agudiza en cada país, observamos cómo la lucha se agudiza dentro del sistema imperialista y una lucha más feroz de cada clase burguesa por expandir las operaciones de sus monopolios y empresas. En este contexto, destacamos la necesidad del pueblo trabajador de luchar contra estos acontecimientos, de oponerse a las políticas de la UE y la OTAN y de rechazarlas; un acontecimiento que se expresa en la creciente militarización de cada país y en las guerras y conflictos regionales que surgen, desde el terror brutal desencadenado contra el pueblo palestino hasta la prolongada guerra imperialista en Ucrania.

Afrontando el terror del capitalismo y sus constantes ataques a los pueblos del mundo, declaramos que, tal y como está, éste no puede seguir: el futuro dentro del capitalismo no puede albergar más que un mayor empobrecimiento, humillación e inseguridad, y señalamos la necesidad de un derrocamiento revolucionario de la explotación capitalista mediante el desarrollo de la lucha de clases y la lucha del pueblo trabajador por la construcción de una nueva sociedad socialista, caracterizada por el poder obrero.

Nosotros, los partidos comunistas y obreros de la Acción Comunista Europea, enviamos saludos militantes a los trabajadores en lucha del mundo y reafirmamos nuestro compromiso en dirigir la lucha del pueblo trabajador hasta su conclusión, hasta el socialismo.

¡Viva el 1º de mayo, viva el socialismo!