Rodolfo Martín Villa no ha sigo nunca juzgado en España por su responsabilidad directa en varios de los crímenes de Estado cometidos durante los años en los que ostentó el Ministerio de Gobernación —desde julio de 1977 denominado Ministerio de Interior—. Bajo su responsabilidad se encuentran los crímenes de los Sanfermines de 1978 (1 muerto, más 150 heridos), y los crímenes del 3 de marzo de 1976 en Vitoria (5 muertos, más de 100 heridos, muchos de ellos de bala). Por estos crímenes, la jueza argentina María Servini, basándose en el principio de justicia universal, envió una orden de detención de Martín Villa en 2014, por delitos de homicidio agravado y de lesa humanidad. Seis años después, Martín Villa declara vía online desde la embajada argentina de Madrid.
En la víspera de la declaración de Martín Villa, se ha hecho público que los cuatro expresidentes del Gobierno de España vivos —Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy— han enviado cartas a la jueza Servini en defensa de Martín Villa, presentándole como un adalid de la democracia y un hombre de paz. También se han sumado a esta iniciativa, en lo que es aún más vergonzoso, cuatro los exsecretarios generales de los sindicatos CCOO y UGT: Antonio Gutierrez, José María Fidalgo, Nicolás Redondo y Cándido Méndez. La jueza Servini también ha recibido la carta de Josep Borrell, vicepresidente de la Comisión Europea como Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
Cabe recordar mínimamente quién ha sido Rodolfo Martín Villa. En 1962, con 28 años, Martín Villa se convierte en Jefe Nacional del Sindicato Español Universitario, la organización fascista creada por Falange en 1933. En 1969 entra en la Secretaría General del Sindicato Vertical del franquismo. En 1974 toma el mando provincial de Falange en Barcelona. En 1975 es nombrado ministro de Relaciones Sindicales en el gabinete de Arias Navarro, en el final de la dictadura. Un año después pasará a la cartera de Gobernación, en el Gobierno de Adolfo Suárez, a la postre último Secretario General de Falange durante el franquismo.
Desde el PCTE denunciamos la indecencia y la infamia de estas cartas de apoyo a Rodolfo Martín Villa: primero, como un intento de injerencia sobre la causa que dirige la jueza María Servini; segundo, como la enésima iniciativa de blanqueamiento de criminales franquistas y de ocultación y absolución de los crímenes de la dictadura; tercero, como una necesaria complicidad con dichos crímenes en tanto pretenden ocultar los mismos y evitar que se depuren responsabilidades sobre los culpables.
Oficina de prensa del PCTE