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Tras afianzar en las últimas elecciones su control del gobierno de la Comunidad de Madrid, el Partido Popular continúa desarrollando su programa de desmantelamiento de los servicios públicos que permita a las empresas del sector aumentar beneficios a costa de los derechos y la salud de los trabajadores. Mientras tanto, las diferentes alternativas socialdemócratas se oponen tímidamente a unas medidas que permiten o promueven desde el Gobierno de España, mientras pugnan entre ellas por erigirse como la principal alternativa a volver a ofrecer falsas promesas dentro de dos años. Como resultado, la clase obrera vuelve a quedar como perdedora de la contienda, abandonada entre engaños y disputas bajo bandera ajena.

El anuncio del cierre de 41 centros de salud se suma al ataque generalizado que se viene llevando a cabo desde el comienzo de la pandemia: hospitales públicos saturados, Urgencias desbordadas, falta de personal y ataque a sus condiciones laborales, derivación de pacientes a la privada a cambio de desorbitadas compensaciones … Todas ellas son medidas que llegan para quedarse y que no serán revertidas si los trabajadores del sector y el pueblo trabajador no se oponen frontalmente a ellas.

Lejos de suplir la falta de personal, acabar con la precariedad en el SERMAS y destinar los recursos adecuados para acelerar el proceso de vacunación y garantizar una atención correcta en los centros de salud, se anuncia el cierre para el verano de 41 centros de salud, en los cuales ya predomina la atención telefónica tras largos periodos de espera y en los cuales los SUAPs aun permanecen cerrados desde el inicio de la pandemia. Como ha ocurrido en los hospitales, el cierre de camas al llegar en verano ha supuesto su no reapertura posterior, perdiendo en una década 2.789 camas en hospitales públicos.

A la vez que se atacan los servicios sanitarios públicos, se continúa imponiendo a la fuerza la lógica del sálvese quien pueda. No solo se trata únicamente de millonarias concesiones a empresas privadas, sino que una deficiente atención sanitaria conlleva el aumento de contratación de seguros privados por quienes pueden permitírselo. En la CAM se supera ya el 36% de población con seguro sanitario privado, siendo el territorio con un porcentaje mayor y situándose un 13% por encima de la media española.

Debemos oponer nuestra salud a sus beneficios, logrando un sistema público de salud a la altura de nuestras necesidades. Es el momento de la movilización generalizada en defensa de una sanidad pública de calidad encabezada por los trabajadores del sector, pero con el apoyo activo del clase obrera y el movimiento popular, construyendo las movilización desde los centros de trabajo y desde los barrios obreros con los siguientes objetivos:

– La reapertura de todos los SUAPs en los centros de salud, mantenimiento de todos los centros abiertos y cumplimiento de los compromisos de construcción de nuevos centros.

– Intervención de todas las empresas de sanidad y servicios sociosanitarios y expulsión de las empresas del SERMAS, unificando los diferentes cuerpos y organismos bajo un organismo regional de gestión única y control de los trabajadores.

– Refuerzo de las plantillas de todos los perfiles y fin de la precariedad y la temporalidad en el SERMAS.

– Diseño de un nuevo modelo de Atención Primaria desde una perspectiva global de salud comunitaria, introduciendo y ampliando nuevos servicios como fisioterapia, odontología, oftalmología….

– Aumento del presupuesto para Sanidad Pública hasta un mínimo del 5% del PIB de la región.

Durante el último año y medio ha quedada demostrada la necesidad de un único sistema sanitario, público, en el que nuestras necesidades no dependan de los beneficios de la minoría. La nueva convocatoria de elecciones volvió a probar que la clase obrera debe dejar de esperar que los partidos capitalistas resuelvan sus necesidades y apostar por sus propias fuerzas. Es el momento de movilizarse por una sanidad universal pública de calidad. Es el momento de que los trabajadores tomemos Partido y luchemos por un país para la clase obrera.