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El Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE) saluda y celebra las reivindicaciones presentadas al público recientemente por la Junta de Personal Docente No Universitario. Consideramos que se trata de un documento ajustado a la realidad educativa de Cantabria que pone el foco sobre aquellos aspectos en los que es más necesaria la intervención de los sindicatos, en particular, y de los docentes en general.

Saludamos igualmente que la Junta de Personal Docente No Universitario parezca tener la determinación de convertirse en un órgano dinámico, capaz de tomar decisiones en el lugar donde realmente se debe articular la democracia, es decir, en los centros de trabajo.

Por ello, animamos a los compañeros y compañeras que forman parte de la Junta de Personal a ser osados en sus decisiones, recordando que tienen en sus manos la responsabilidad y el honor de ser la voz de los intereses de un sector numeroso de la clase trabajadora. Además, de las mejoras que consigan arrancar al sistema capitalista dependerá, hasta cierto límite, la educación que reciban los hijos e hijas de la clase obrera.

Es necesario avanzar en esas líneas programáticas (reducción de ratios, mejoras salariales, eliminación de la concertada, etc.), pero, en todo caso, conviene ser conscientes de que su consecución total es incompatible con el capitalismo. ¿Cómo se puede lograr una educación para todos, como decía el eslogan de las mareas verdes, en una sociedad como la capitalista que no está pensada “para todos”, que excluye sistemáticamente a la clase obrera de la toma de decisiones, que oprime sin piedad a los trabajadores?

Precisamente por eso, entendemos que las posiciones que la junta manifieste no tienen que limitarse al ámbito estrictamente educativo: la Consejería de Educación es una de las empresas más grandes de Cantabria por número de asalariados y, por ello, es importante que los docentes sepan usar su órgano de democracia colectiva para expresar su solidaridad y apoyo al resto de trabajadores, tanto de Cantabria como de fuera de ella, tanto del sector privado como público.

El Estado no es más que el capitalista colectivo, el órgano del que se dotan los empresarios para explotar con mayor facilidad a los trabajadores. Y en este sentido, no hay ni puede haber una comunidad de intereses con sus representantes políticos. Ahora que se acerca el periodo electoral, no sería extraño que intenten encandilarnos con discursos de unidad los parlamentarios de uno y otro signo (los mismos que recortaron el salario a los funcionarios, los mismos que hoy aprueban una “subida” inferior al IPC asentando la pérdida de poder adquisitivo, los mismos que aprobaron la LOMCE y la LOMLOE a espaldas del personal docente). A todos ellos los docentes les deben dar la misma respuesta: con la clase obrera, todo; con los capitalistas, nada.

El discurso de la unidad en abstracto, alejado no solo de las premisas ideológicas, sino del más elemental análisis de las condiciones de vida y trabajo de nuestra clase social, acaba llevándonos a callejones sin salida, a la liquidación del movimiento obrero y sindical, a la pérdida sistemática de derechos y, en última instancia, a la imposibilidad de alcanzar la sociedad radicalmente diferente que deseamos, merecemos y necesitamos.

La Junta de Personal Docente No Universitario tiene la difícil tarea de convencer a muchos maestros y profesores de que el sindicalismo no consiste solo en tareas de representación, sino que deben ser el conjunto de los trabajadores los que se organicen y defiendan sus intereses. La unidad debe darse entre los trabajadores, no entre los trabajadores y la Administración.

Por todo lo dicho, animamos a los docentes de la junta de personal a ser abnegados en la lucha por los intereses de los trabajadores de la enseñanza y del resto de sectores sociales explotados por los capitalistas. Demostremos quiénes somos los que movemos el mundo. Demostremos que con nuestro pan, no se juega.