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Desde hace unos días, aunque es un debate que siempre está encima de la mesa, y a raíz de la noticia de que una famosa de este país ha sido “madre” a través de la llamada “gestación subrogada”, se vuelve a hablar, con más vehemencia que otras veces, de la posible regulación de esta práctica en España.

Mientras muchos de sus defensores se escudan en la “libre elección” o el “derecho a decidir” de las mujeres, niegan el derecho al aborto por cuestiones morales. La cuestión en este tema no es la libre —o no— elección de la mujer sobre su propio cuerpo, sino que se trata de un negocio nacido de la desigualdad entre aquellos y aquellas que pueden costearse todos sus deseos, incluidos el de ser padre o madre, y aquellas que no tienen ni sus derechos más elementales cubiertos y garantizados, como es el caso de las mujeres más empobrecidas de la clase obrera y el pueblo.

Aunque desde la socialdemocracia se siga insistiendo en que la “gestación subrogada” es ilegal en España, no hay que olvidar que cada día hay más agencias y empresas —legales— que gestionan el alquiler de los cuerpos de mujeres en terceros países, mayoritariamente en Estados Unidos y Ucrania, con precios que oscilan entre los 50.000€ y los 200.000€, a la vez que se da amparo a organizaciones que luchan para que la gestación subrogada se regule y se legalice en España.

Desde el Gobierno —aquel que se denomina el más feminista de la historia— lo único que se hace es repetir insistentemente que los vientres de alquiler son ilegales, pero no hacen nada para perseguir a aquellos que trafican con recién nacidos. De hecho, ni siquiera desde el Ministerio de Igualdad se es capaz de pedir la derogación, por parte del Ejecutivo, de la Instrucción de 5 de octubre de 2010, que permite el registro y filiación de los nacidos mediante gestación por sustitución.

Si antiguamente las mujeres de la burguesía iban a abortar a Londres, mientras las mujeres de la clase trabajadora morían, muchas veces, en el intento, ahora van a ciertos países, con miles de euros en mano, para que les gesten a sus hijos de diseño y a su gusto, utilizando los vientres de miles de mujeres vulnerables de la clase obrera.

Bajo ningún concepto se puede hablar de gestación “altruista”, porque allí donde hay necesidad y vulnerabilidad, el capitalismo siempre va a encontrar a quien, bajo el engaño y el chantaje por su situación económica y social, “aceptará” la venta de su cuerpo. Por lo tanto, hablar de libertad no es posible bajo ningún supuesto.

El PCTE no es ajeno a estos debates y los sigue con atención, y ante aquellos y aquellas que pugnan para ver quién está más favor o más en contra de ciertas prácticas, rechazamos de manera tajante cualquier tipo de violencia ejercida contra las mujeres, puesto que la mal llamada “gestación subrogada” no es más que trata con fines de explotación reproductiva.

Ante los falsos dilemas que desde las instituciones de la burguesía nos hacen tragar, a las mujeres trabajadoras no nos queda otra que luchar por acabar con el mundo capitalista, donde la libertad de elección no es más que la libertad de explotar a esa inmensa mayoría que ni tan siquiera puede elegir.

La salida a todo tipo de explotación y violencia ejercida contra las mujeres no pasa más que por la organización y la lucha de todo el sector femenino de la clase obrera en su emancipación de este sistema caduco.

Buró Político del PCTE

01 de abril de 2023