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El conflicto entre potencias y bloques imperialistas ha entrado en una nueva fase con el inicio de acciones militares directas por parte de la Federación Rusa contra objetivos militares en suelo ucraniano. En estos momentos difíciles, en que existe un serio riesgo de estallido de una guerra imperialista generalizada, el Buró Político del PCTE traslada a los trabajadores y al conjunto de nuestro pueblo las siguientes reflexiones:

1.- Se trata de una guerra imperialista. La causa real de la guerra se encuentra en la propia naturaleza del sistema imperialista, en el que distintos países y alianzas interestatales capitalistas se enfrentan en un nuevo reparto del mundo. Se disputan los mercados, los recursos naturales, las rutas de transporte y las áreas de influencia.

2.- La guerra es la continuación de la política por medios militares. La defensa de la paz mundial solo puede ser obra de los trabajadores de todos los países y de los pueblos, interesados objetivamente en poner fin a la explotación y al saqueo. El imperialismo es el capitalismo de nuestros días, no la política internacional de una u otra potencia. Sólo enfrentando al sistema en su conjunto podremos garantizar la paz mundial. La paz, mientras pervivía el imperialismo, siempre será relativa, siempre será una paz armada, una paz con la pistola en la cabeza de los pueblos.

3.- Estas son las consecuencias de la contrarrevolución en la URSS. La conflictiva situación creada en Ucrania y en todo el Este europeo es consecuencia directa del triunfo de la contrarrevolución capitalista y de la disolución de la Unión Soviética, que durante décadas permitió la convivencia pacífica de los pueblos que la integraban y alcanzó importantísimas conquistas para la clase obrera.

La desintegración de la URSS, hace ahora treinta años, abrió nuevos campos de disputa entre los monopolios de las distintas potencias. Dio comienzo a un nuevo reparto del mundo, en el que la Rusia capitalista se disputa la influencia y el control geoestratégico del antiguo campo socialista con otras potencias imperialistas, muy significadamente con los Estados Unidos y la Unión Europea.

4.- La responsabilidad determinante de la EEUU, la UE y la OTAN en el conflicto. El golpe de Estado que tuvo lugar en Ucrania, conocido popularmente como Euromaidán o Maidán, del que fueron artífices sectores de la burguesía ucraniana, no hubiera sido posible sin el concurso de la Unión Europea, los EEUU y la OTAN. Se trató de un golpe de Estado violento, en el que participaron fuerzas fascistas, que asesinó impunemente a decenas de sindicalistas y emprendió la represión contra los comunistas ucranianos, que se oponían y oponen al giro reaccionario, y a la población de habla rusa, dando lugar al conflicto en la península de Crimea y a las repúblicas proclamadas en la región de Donbas, la República Popular de Donetsk y la República Popular de Luhansk.

Los Acuerdos de Minsk, suscritos entre las potencias imperialistas intervinientes en septiembre de 2014, nunca fueron respetados. Los pueblos de Donetsk y Luhansk estuvieron sometidos en todo momento y hasta el día de hoy a condiciones de guerra.

5.- Que nadie luche bajo bandera ajena. Los pueblos del mundo llevan meses sometidos a una intensa propaganda de guerra, que persigue alinear a los trabajadores de cada país, que constituyen una inmensa mayoría social, detrás de los intereses de las respetivas burguesías. Todos ellos exponen sus razones para justificar su posición y, desde el punto de vista de los intereses de los capitalistas, todos ellos tienen razones. Son razones imperialistas, que nada tienen que ver con los intereses de la clase obrera y de los pueblos.

El “orden imperialista”, representado por los comunistas como una pirámide o una cadena, es esencialmente multipolar. Todos los eslabones están relacionados entre sí por relaciones de interdependencia desigual, en función del escalón que cada país ocupa en la pirámide. Las potencias emergentes luchan por ocupar la posición de las potencias que ocupan los primeros puestos en la cadena imperialista. Luchan para escalar posiciones, no en defensa de la paz mundial. Sus intereses nada tienen que ver con los intereses de los pueblos. Sus guerras no son las nuestras.

En estos momentos difíciles, al igual que sucediera en los tiempos de la I Guerra Mundial, la burguesía de los distintos países nos propone elegir bando. Hoy, como entonces, la clase obrera no tiene bando que elegir en la disputa entre nuestros explotadores. Debemos oponernos a ser carne de cañón en una nueva guerra imperialista generalizada. Hoy, como hizo la clase obrera rusa en 1917, la clase obrera de todos los países debe luchar decididamente por el derrocamiento y superación del sistema explotador que engendra la guerra. Debemos defender con firmeza la independencia ideológica, política y organizativa de la clase obrera. Debemos apuntar a los principales enemigos de nuestro pueblo, que no están en el frente oriental sino en los grandes centros de poder de nuestro país.

6.- De nuevo el falso pacifismo burgués. Los sectores de la nueva socialdemocracia que forman parte de un Gobierno de la OTAN, que acogerá el próximo mes de junio la Cumbre de esa organización criminal en Madrid, y que negocia con los EEUU la renovación de los acuerdos militares que permiten la continuidad y ampliación de las bases militares extrajeras en nuestro suelo, nos llaman a defender la paz, al mismo tiempo que envían soldados españoles, aviones y fragatas a la zona de conflicto, situada a miles de kilómetros de nuestras frontera. La paz que defienden es la paz imperialista, la paz con la pistola en la cabeza del pueblo.

7.- Las tareas del momento. El PCTE, que expresa con toda claridad su análisis del conflicto y apunta y denuncia a sus responsables, tiene claro cuál es su deber internacionalista en el actual escenario de guerra. Proponemos a la clase obrera, a los sectores populares y a todas aquellas personas que no quieren la guerra, iniciar la movilización obrera y popular con los siguientes objetivos:

  • Ninguna implicación de España en la guerra imperialista. Es necesario exigir con contundencia que el Gobierno retire toda presencia militar en la zona de conflicto. Ni un solo soldado español debe luchar en esa guerra, ningún arma o equipo militar español debe estar presente en la zona. La vuelta a casa de las tropas españolas debe ser inmediata.
  • Ruptura con las alianzas imperialistas. La OTAN y la Unión Europea son alianzas interestatales para garantizar la explotación de los trabajadores y el saqueo de los pueblos. Su disolución no vendrá de los llamamientos genéricos a defender la paz mientras se prepara la guerra, sino de la lucha decidida de nuestro pueblo por romper con la OTAN y la UE, en el marco de la lucha general por superar el sistema capitalista.
  • Bases fuera. La presencia de bases y de tropas extranjeras en nuestro suelo, integradas en el llamado Escudo Antimisiles y en otros mecanismos de colaboración militar, convierten a nuestro país en objetivo militar en caso de guerra generalizada. La desaparición de esas bases y la ruptura de los acuerdos militares con los EEUU son reivindicaciones de absoluta actualidad.

8.- El Buró Político del Partido llama a toda la militancia comunista, a todas nuestras organizaciones, a organizar la inmediata movilización y organización de la clase obrera y del pueblo en estos momentos difíciles. Nos jugamos la vida, nos jugamos el futuro.

¡No a la guerra imperialista!

¡Vuelta a casa de las tropas!

¡OTAN no, bases fuera!

¡Ni tierra, ni mar, ni aire para los imperialistas!

Buró Político del PCTE, Madrid a 24 de febrero de 2022.