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El Buró Político del Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE), una vez analizado el acuerdo alcanzado en el Consejo Europeo sobre el denominado “Fondo de Reconstrucción” de la Unión Europea, realiza las siguientes valoraciones:

1) La Unión Europea es una alianza imperialista de Estados cuyo principal objetivo es la promoción de los intereses del capital monopolista. Ese marco de alianzas no está exento de contradicciones entre distintas fracciones burguesas que son representadas por los diferentes aparatos estatales de los países que forman parte de la UE.

2) La grave crisis capitalista en que nos encontramos, cuyo catalizador ha sido la pandemia de la COVID-19, ha sido abordada por los distintos Gobiernos de los miembros de la UE de una manera similar: destinando ingentes cantidades de los presupuestos estatales a la salvaguarda de los intereses capitalistas, ofreciendo liquidez y tratando de estimular el consumo para evitar el colapso de empresas.

3) La apuesta decidida de todos los Estados capitalistas europeos por la protección de los intereses empresariales implica el incremento sustancial del gasto y del déficit público y, en consecuencia, el incumplimiento de los estándares emanados del “pacto de estabilidad”, tal como expresó la Comisión Europea en marzo de este año al anunciar la activación de la cláusula de escape de ese pacto.

4) En tal contexto, los Estados de la Unión Europea necesitaban algún tipo de acuerdo general que sirviera para garantizar la continuidad de su alianza y evitar que un déficit excesivo en algunos de ellos supusiera riesgos graves para el conjunto, pero en un formato diferente al utilizado en la crisis anterior que evitara, en la medida de lo posible, la contestación social que las medidas adoptadas entonces generaron en países como Grecia, España o Italia.

5) El Gobierno de coalición socialdemócrata español presenta el acuerdo como una victoria por el hecho de que se le aportarán 140.000 millones de euros, 72.700 millones en transferencias y el resto en préstamos. Buena parte de los esfuerzos presupuestarios realizados por el Gobierno español se han realizado pensando precisamente en que luego habría dinero de la UE, por lo que la falta de acuerdo hubiera puesto en duda su margen de actuación y su propia continuidad, que es el factor que explica la postura beligerante del PP ante esta negociación.

6) Se ha querido presentar este proceso como una confrontación entre distintos modelos de gestión capitalista, cuando en realidad ha sido una negociación entre distintos gestores capitalistas para garantizar la supervivencia de todos ellos a costa de nuevos sacrificios para la clase obrera y el pueblo trabajador, y especialmente a través de la apertura de nuevos espacios para la rentabilidad del capital. La vinculación de las aportaciones económicas a la realización de reformas dirigidas a fomentar el “capitalismo verde” y la “digitalización” avanza en la línea de los principales planes estratégicos de la UE, e implica una profundización de la división internacional del trabajo en el marco de la alianza, en la que países como España perderán lo poco que queda de su soberanía energética e industrial, culminando el proceso iniciado con la entrada en la CEE en 1986.

7) Históricamente todo mecanismo de financiación procedente de la Unión Europea ha tenido graves consecuencias para nuestra clase y nuestro pueblo. Ahora el acuerdo alcanzado por el Consejo Europeo no es sustancialmente diferente. Como ha venido ocurriendo desde la entrada en la CEE, el Gobierno español participa en la definición de las nuevas agresiones contra la mayoría trabajadora y será el ejecutor de las mismas cuando se exija el cumplimiento de las condiciones de los préstamos y las transferencias. La patronal verá con agrado las exigencias que se soliciten y al gobierno socialdemócrata se escudará en esas exigencias para renunciar a sus promesas. Se avecinan nuevas oleadas de recortes en los servicios públicos, nuevas regulaciones que empeoren las condiciones de vida y trabajo de la clase y el pueblo, enmarcadas en el proceso de recuperación de los intereses capitalistas y bajo el paraguas constitucional del artículo 135, modificado en 2011 por PSOE y PP, que obliga a priorizar el pago de deuda pública frente a cualesquiera otras medidas.

8) La maquinaria propagandística del Gobierno ya se ha puesto en marcha. Después de presentar la cumbre como una confrontación entre países, trata ahora de vender como una victoria lo que, para empezar, ha sido una sensible rebaja de las pretensiones iniciales de Pedro Sánchez. Al mismo tiempo, minimiza el hecho de que el acuerdo va acompañado de una serie de exigencias que, sin estar todavía claramente definidas, harán inviable el cumplimiento de las promesas que, en materia social y laboral, han hecho el PSOE y Unidas Podemos.

La Unión Europea no ha cambiado su naturaleza con este pacto. Inmersa en una grave crisis desde hace años, agravada por el Brexit, la alianza afronta esta grave crisis económica con nuevas herramientas, destinadas a garantizar su supervivencia y mantener intactos los objetivos diseñados en sus planes estratégicos.

Con el apoyo a este acuerdo, la nueva socialdemocracia profundiza en su bancarrota. Ni siquiera pintando a la UE de rojo podrán ocultar que su participación en el Gobierno supone la plena renuncia a cualquier proyecto propio de la mayoría trabajadora a la que pretenden representar. La nueva socialdemocracia, al igual que la vieja socialdemocracia, sólo aspira a gestionar la pequeña parcelita que le cedan los capitalistas, con el objetivo de contener cualquier posible ascenso de la lucha obrera y popular ante las constantes agresiones y el empeoramiento de las condiciones de vida y trabajo de la población que exige la salvaguardia de la rentabilidad de los capitalistas. La socialdemocracia vuelve a elegir el bando de la patronal frente al de la clase obrera.

No puede haber ninguna esperanza en que los problemas que genera el capitalismo se resuelvan sobre la base de medidas en beneficio de los capitalistas. El Buró Político del PCTE advierte sobre el riesgo que supone confiar en las promesas de los distintos gestores de los intereses capitalistas y sobre los nuevos falsos dilemas que se van a colocar ante nuestra clase y nuestro pueblo.

El dilema esencial de nuestra época no reside en elegir qué gestión capitalista preferimos, ni en contraponer la alianza imperialista que es la UE con otros modelos capitalistas de relaciones entre países. La única alternativa posible pasa, a través de la organización y la lucha a todos los niveles, por anteponer los intereses obreros y populares a los intereses de la burguesía, para lo cual es necesaria la ruptura no sólo con la alianza interestatal imperialista que es la UE, sino el derrocamiento del poder capitalista en España.

Madrid, 24 de julio de 2020

Buró Político del Comité Central del PCTE