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DECLARACIÓN DEL SECRETARIADO DE LA INICIATIVA COMUNISTA EUROPEA

Ante el constante aumento de los precios de la electricidad, el combustible y los bienes de consumo popular

En el último periodo se ha registrado un agudo aumento en los precios de diferentes bienes básicos, incluyendo la electricidad, el combustible y otras mercancías esenciales. Esta situación, que es particularmente preocupante cuando estamos en el umbral del invierno afecta a la clase obrera y las capas populares de nuestros países, que han sido víctimas de los gobiernos burgueses y su gestión contra los pueblos de la reciente crisis.

Los aumentos del precio de bienes básicos no son una sorpresa o una consecuencia no deseada de la crisis, ni tampoco cayeron del cielo. Es la intensidad de la propia explotación, la búsqueda del máximo beneficio, la competencia, lo que lleva al aumento de los precios de los productos; es la “política extensiva”, que proporciona miles de millones de euros en una inflación que impulsa al gran capital.

Estos aumentos proceden del hecho de que los mercados energéticos y alimenticios son concebidos para satisfacer los intereses de los capitalistas y no las necesidades populares. La liberalización total de los mercados, la llamada estrategia de “transición verde” del comercio contaminante, el “monocultivo” de fuentes de energías renovables muy caras e inestables y la especulación con los bienes básicos crean precios altos y no unos más baratos como aseguran los representantes de los intereses del capital.

El aumento del precio en la electricidad y el combustible ya está afectando a la producción de otros bienes, contribuyendo a un aumento general de precios que está profundizando los problemas ya existentes de crecimiento de la pobreza y haciendo aún más difícil para la clase obrera y las familias populares satisfacer sus necesidades básicas.

Al mismo tiempo, hay un mayor riesgo de confrontaciones entre las potencias imperialistas por el control de las fuentes, mercados y canales de transporte de energía, que parten del hecho de que los estados y las alianzas imperialistas no se calmarán mientras los intereses de los monopolios que representan estén en riesgo. De hecho, ya se ha señalado la dependencia de la UE de recursos energéticos provenientes de terceros países como una “debilidad estratégica” con la que se lidiará mediante acciones más agresivas en el Mediterráneo oriental. Los pueblos serán de nuevo víctimas de los planes imperialistas.

Las potencias de la UE ya están utilizando esta situación para impulsar la agenda del “capitalismo verde”, lo que supone de hecho la creación de condiciones para las nuevas y lucrativas inversiones que fomentan los estados capitalistas. La enorme campaña de propaganda de promoción del llamado “Green New Deal” no se preocupa de los intereses populares ni de la protección del medio ambiente, sino que pretende defender los intereses de distintos sectores del capital monopolista.

Tanto las crisis capitalistas como el crecimiento guiado por el beneficio tienen graves consecuencias para la clase obrera y las capas populares que expresan cómo de insostenible es este sistema. No hay un futuro que beneficie a los pueblos en el capitalismo. La lucha diaria por el alivio de los problemas agudos se conecta con la lucha por satisfacer las necesidades populares mediante la planificación central científica de la economía basada en el poder obrero y la propiedad social de los medios de producción concentrados.