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Los partidos de la Acción Comunista Europea (ACE), tras reunirse en una exitosa teleconferencia el 14 de enero de 2024, declaran lo siguiente:

1) La destrucción del medio ambiente es una consecuencia directa del sistema capitalista que opera basándose en el beneficio de los explotadores.

Cuando se trata de la destrucción del medio ambiente y la desastrosa intervención en él, no existe mayor ejemplo que las guerras que se libran: muertos, heridos y desplazados, así como consecuencias incalculables para el suelo, la flora y la fauna, el agua, el clima y el entorno natural en su conjunto.

Quienes promueven los planes de guerra imperialista, masacran al pueblo en Gaza, Ucrania, Yemen, el Mar Rojo, etc. y financian la guerra imperialista pretenden ser, de forma provocadora, “protectores del medio ambiente”.

Pese a los avances significativos en la ciencia y la tecnología y al potencial actual para reducir sus efectos, los distintos fenómenos naturales, incluyendo incendios forestales, inundaciones, terremotos y sequías, afectan de manera sistemática a los pueblos, principalmente a la clase obrera y las capas populares.

Los gobiernos burgueses utilizan el cambio climático y la severidad de los fenómenos naturales como pretexto y ocultan su enorme responsabilidad por la alarmante carencia de políticas de prevención, personal e infraestructuras organizadas, que necesitan con desesperación una mayor financiación.

2) La complejidad de las dinámicas asociadas al cambio climático exige continuar con los estudios científicos sobre esta materia, en el sentido de examinar y revelar todos los factores ambientales que se conectan al modo capitalista de producción y su enorme impacto en los ecosistemas.

3) A lo largo del tiempo los comunistas han mostrado un gran interés práctico en la investigación de cuestiones ambientales, mucho antes de que los capitalistas y sus gobiernos los tratasen de forma hipócrita como justificación para aumentar el grado de explotación mediante la estrategia burguesa del denominado crecimiento verde. En concreto, queremos destacar los logros de la Unión Soviética de los científicos ambientales y biólogos soviéticos en esta materia, que siempre intentaron compatibilizar el uso de recursos naturales y la satisfacción de las necesidades humanas, algo que solo el socialismo puede proporcionar.

Los partidos marxistas-leninistas que participamos en la ACE buscamos continuar la tarea iniciada por los científicos soviéticos para dotar a la clase obrera de las herramientas para resolver los agudos problemas ambientales de la actualidad.

4) Sin embargo, los capitalistas explotan las preocupaciones de los pueblos para justificar sus medidas y mecanismos, hostiles a los trabajadores y, en general, al pueblo. Para ello, intentan fomentar entre la clase obrera y las capas populares distintas estrategias antipopulares formuladas en su conjunto por la UE, los gobiernos y los partidos burgueses. Esto en concreto aplica al Pacto Verde Europeo, que pretende transferir fondos procedentes de los altos impuestos al pueblo a empresas privadas, a través de mecanismos como el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Estas estrategias son diseñadas en pro de los monopolios y su búsqueda de los beneficios, obtenidos de la explotación de la clase obrera; por eso el capitalismo no solo no puede utilizar de manera racional los recursos naturales, sino que los desperdicia de forma criminal según los intereses del capital monopolista, un hecho por el cual la clase obrera, los autónomos, los trabajadores agrícolas y los jóvenes pagan con creces.

5) En este sentido, el debate sobre la explotación de materias primas —como el litio, el cromo o el cobalto— y el uso de nuevas energías y tecnologías digitales se sitúa en el marco de la competencia entre potencias imperialistas, en la cual están implicados los países capitalistas más poderosos, como EE.UU., China, Alemania, Francia, Japón y Rusia, así como sus alianzas, como la OTAN, la UE y la Comunidad Económica Euroasiática.

Ello imposibilita el uso de la ciencia y la tecnología para la reducción del impacto ambiental, puesto que los criterios científicos están ligados a la incesante búsqueda capitalista de beneficios, lo que conduce a las guerras imperialistas.

6) Las declaraciones sobre problemas ambientales de las fuerzas burguesas se realizan para difundir y utilizar el miedo; se utilizan para justificar la liberalización de la energía, la Bolsa Energética y el comercio de emisiones, que han provocado que se disparen los precios de mercancías y combustibles y que aumente la pobreza energética que azota a los pueblos de Europa mientras los grupos energéticos se enriquecen. La subvención a la readaptación de la eficiencia energética y la instalación de turbinas eólicas se basan en los beneficios de grupos empresariales en zonas donde se produce un gran daño ambiental.

7) Los partidos burgueses —liberales, socialdemócratas, verdes u oportunistas—, junto con las ONG y movimientos como “Fridays for Future” buscar lavar el cerebro y manipular ideológicamente a la juventud de forma organizada mediante la educación burguesa, intentando exonerar al capitalismo de la destrucción del medio ambiente, hablando de un “cambio climático antropogénido” y culpando de manera intencionada al pueblo en general y no al auténtico culpable; es decir, al sistema capitalista que todos ellos defienden.

Desde el punto de vista del desarrollo de la lucha de clases, la clase obrera se puede oponer a dichos constructos ideológicos anticientíficos y a los partidos burgueses que los promueven; una perspectiva que solo pueden dar los partidos comunistas.

Teniendo en consideración todo esto, y ante la lucha ideológica que con certeza se intensificará hacia las elecciones europeas, los partidos de la Acción Comunista Europea declaran su voluntad de luchar:

  • Contra la estrategia “verde” de los grupos empresariales y los gobiernos de la UE.

  • Por la desvinculación de las guerras imperialistas y las misiones euroatlánticas, el cierre de las bases de EE.UU. y la OTAN y el fin de la proporción de todo tipo de instalaciones y armamento por parte de nuestros gobiernos.

  • Por medidas inmediatas que alivien al pueblo trabajador de los altos precios de la comida, la energía y el combustible.

  • Por la abolición de impuestos antipopulares “verdes” a las personas, cuya carga debe recaer en el gran capital.

  • Por proyectos de protección contra inundaciones, terremotos e incendios, asistencia sustancial y protección a las personas afectadas con plena compensación estatal.

  • Por la protección de bosques y capas freáticas contra la privatización y cualquier acción empresarial, así como contra la mercantilización del agua.

  • Contra la mercantilización de costas y playas.

Los partidos de la ACE se comprometen a fortalecer decididamente su lucha en cada país por la construcción de una economía planificada de manera centralizada y científica, por el uso racional de recursos y por la gestión ambiental a favor de los pueblos, así como a dejar absolutamente claro que las cuestiones concernientes a todos los problemas ambientales solo se pueden resolver con dicha economía, dentro del marco de una sociedad socialista-comunista. El capitalismo provoca la rápida escalada en la destrucción del medio ambiente y no puede por tanto ofrecer solución alguna a este problema. Por eso la lucha por un cambio revolucionario es la única salida para el pueblo.