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Desde el PCTE Madrid queremos hacer una somera valoración de la situación que atraviesa nuestra comunidad en lo relativo a las condiciones de trabajo, los conflictos que se están recrudeciendo y el movimiento obrero en nuestra región.

Empezaremos por destacar lo evidente. La Comunidad orbita en torno a la capital del estado que tiene un foco económico fundamental en la Administración Pública, los domicilios sociales de las grandes multinacionales, el sector servicios y el turismo, la construcción y la industria, con especial mención a la automoción y la aeronáutica, así como con un destacado crecimiento del sector logístico convirtiendo la región en un importante centro de distribución de mercancías.

La crisis sanitaria ha actuado como elemento catalizador en todo el país de una crisis económica que ya se venía anunciando. La región de Madrid ha sido tremendamente golpeada, entre otros motivos, por unos servicios públicos extremadamente debilitados durante años y años de recortes y privatizaciones a fin de engordar la cuenta de beneficios de los grandes monopolios nacionales y extranjeros.

Los primeros meses del confinamiento supusieron un shock total en la población con una falta absoluta de medidas de prevención en general y de EPI en particular. La tremenda actividad legislativa a la par que la falta de concreción de la misma generó una inseguridad jurídica y si bien muchas empresas acudieron a ERTE, en más de un caso fraudulentos, ya se anunciaba y se hace ahora de forma más impetuosa que acabarán siendo ERE. Si bien es cierto que el pueblo madrileño dio enormes muestras de solidaridad en torno a la consigna “Solo el pueblo salva el pueblo” la respuesta contra las medidas antiobreras que se han implementado desde el Gobierno de España y el de la Comunidad ha sido del todo insuficiente.

La responsabilidad de las cúpulas de CCOO y UGT en la desmovilización es incuestionable, apoyando las medidas que la vieja y la nueva socialdemocracia están desencadenando contra la la clase obrera desde el Gobierno de España, llegando incluso a pactos con la patronal en medio de una brutal ofensiva contra nuestros derechos y conquistas como clase. Esta posición claudicante de las direcciones de ambos sindicatos no pone en duda el enorme trabajo de miles de delegados y afiliados que, empresa a empresa, sector a sector, están dando una lucha tenaz contra las agresiones de la patronal.

Por otro lado, las movilizaciones llevadas a cabo desde otras organizaciones sindicales no han podido trascender el marco sectorial, no han logrado el marco unitario necesario para abordar un proceso de movilización general con la fuerza necesaria para hacer avanzar las posiciones del movimiento obrero en nuestra región.

La fragmentación sindical en nuestra región es una realidad que debilita las posiciones de la clase obrera y es necesario avanzar posiciones hacia una unidad combativa de la clase, abriendo espacios de unidad de acción para la lucha, comenzando desde el centro de trabajo y la empresa, reforzando el papel de la asamblea de trabajadores y los espacios unitarios como son los Comités de Empresa y las Juntas de Personal.

La patronal anda desatada ante la falta de una oposición real, que no va a encontrar en los partidos del arco parlamentario actual. Ante estas posiciones de máximos, la reacción se envalentona y los defensores de las políticas más agresivas de la patronal tratan de avanzar posiciones entre la clase obrera, promoviendo incluso un pseudosindicato con el nombre de ‘Solidaridad’ cuyo objetivo es el de debilitar la lucha obrera desde su corazón, el centro de trabajo. Observamos cómo fuerzas abiertamente nazi-fascistas intentan introducir su discurso de unidad nacional entre explotados y explotadores en nuestras fábricas, almacenes, oficinas… Debemos cerrarles el paso empresa a empresa, sector a sector, pues la única unidad posible es entre nosotros, trabajadores y trabajadores, contra su explotación capitalista. Ninguna división debe ser permitida para atacar la unidad de la clase.

Ante esta situación de debilidad de la clase obrera, no se han interpuesto a día de hoy los más elementales medios para frenar la pandemia en nuestra región: nacionalización de la sanidad y de los sectores sociosanitarios privados, aumento de los medios de transporte públicos, contratación en masa y en condiciones dignas de millares de trabajadores de la sanidad, educación y otros servicios esenciales… Frente a todo ello la política gubernativa de nuestra región fue salvaguardar la cuenta de la patronal de todos los sectores desde todas las lógicas posibles.

La falacia de la prohibición del despido no impide que se comiencen a disparar, en un acelerado proceso de destrucción de fuerzas productivas. El paro registrado sube en el tercer trimestre un 7,4% en la Comunidad elevando a 459.100 la cifra de desempleados y se ha producido un estancamiento en la firma de nuevos convenios colectivos, con la patronal expectante a encontrar posiciones aun de mayor fuerza contra los trabajadores. Hasta julio se han firmado en España 188 nuevos convenios, por los 471 del mismo periodo en 2019 o 536 de 2018.

Las empresas rebajan las medidas de prevención de riesgos laborales para tratar de ahorrar costes a toda costa. Se han disparado los accidentes de trabajo, también los mortales. La infradotada Inspección de Trabajo apenas alcanza a realizar una vigilancia eficiente y, mientras que en las empresas nadie supervisa el cumplimiento de las medidas de prevención, se confinan los barrios obreros y se culpabiliza a los trabajadores por su comportamiento individual fuera del ámbito laboral.

Ante los ataques de la patronal se están produciendo ya numerosas luchas a nivel de empresa, principalmente. Son ejemplos de resistencia que debemos generalizar, para lo que es imprescindible que el movimiento obrero y sindical coloque unos objetivos propios y un camino independiente de las fuerzas que desde cualquier gobierno digan defender nuestros intereses, pero sigan gobernando al servicio de la patronal.

En primer lugar, cada trabajador que no esté afiliado a un sindicato de clase debe dar este primer paso. El refuerzo de las posiciones de combate en el mundo sindical frente al amarillismo, la sumisa concertación y la reacción debe ser el puntal sobre el que edificar la lucha a pie de tajo.

En segundo lugar, debe trabajarse por forjar una unidad de acción sindical en torno a las principales reivindicaciones del movimiento obrero, donde la derogación de las dos reformas laborales de 2010 y 2012 y la lucha contra la “uberización” de las relaciones laborales son piedras angulares. Es el momento histórico de ello, no podemos permitirnos seguir retrocediendo en derechos conquistados tras décadas de movilización. Los capitalistas están más unidos y cohesionados que nunca en su afán de hacernos pagar esta nueva crisis. El movimiento obrero solo puede responder aumentando el grado de organización y de lucha. Es el momento de construir unidad desde la base, desde los espacios unitarios, de trabajar en pos de la máxima unidad sindical para luchar.

Por último, hay que elevar el grado de protesta y movilización. Debemos combatir cada despido, cada modificación, cada incumplimiento de convenio, cada accidente laboral, en definitiva, cada nuevo ataque a la clase trabajadora, venga de donde venga y por todos los medios a nuestro alcance.

En esta nueva crisis que pretenden hacernos pagar, debemos señalar que hay culpables. Hay culpables de las miles de muertes evitables por el coronavirus. Hay culpables de que cientos de miles de trabajadores no puedan trabajar, de que mientras unos pocos acumulan la mitad de la riqueza de nuestro país, los trabajadores sean pobres incluso trabajando. Hay culpables de que en los barrios obreros los desahucios sigan siendo una lacra que no cesa. Hay culpables de que sus beneficios sigan siendo más importantes que nuestras vidas.

Para acabar con estos culpables y empezar a hacer realidad nuestras reivindicaciones, llamamos a los trabajadores y a las trabajadoras a reforzar los sindicatos de clase, y llamamos a estos sindicatos a reorganizar sus fuerzas en clave de unidad y combatir en todos los frentes, económico y sociopolítico. El Partido Comunista de los Trabajadores de España estará a vuestro lado en las luchas que desarrolléis. Ahora es el momento.

 

Comité Regional del PCTE en Madrid

10-Noviembre-2020